Si buscas una piel suave y saludable, tal vez hayas leído que la doble limpieza facial y la exfoliación son dos pasos que no pueden faltar en tu rutina facial. ¿El motivo? Ambos ayudan a eliminar la suciedad de la piel y tener un cutis más brillante desde casa.
No obstante, utilizar los dos productos a diario puede causar irritación o resequedad en las pieles sensibles. Lo recomendable sería escoger la técnica que nos ayude a lograr un mejor resultado, bien sea la famosa limpieza coreana o la limpieza profunda con alfa y beta hidróxiácidos. Sobre eso hablaremos más adelante.
Como sabemos que es una decisión difícil, en este artículo exploraremos los múltiples beneficios de exfoliar y limpiar, sus diferencias y cómo escoger en función de tus necesidades.
Exfoliante o limpiador facial: ¿cuál vale la pena?
La razón por la que utilizamos exfoliantes o aceites limpiadores en la rutina facial es porque el rostro acumula células muertas, suciedad, grasa y otros residuos durante el día. Estas sustancias no desaparecen por sí solas, al contrario, permanecen en los poros formando puntos negros o acné.
Con esta idea en mente es fácil entender por qué debemos elegir un método para limpiar las distintas capas del rostro, como la doble limpieza facial o la exfoliación. Así que veamos cada producto en detalle.
Beneficios de la exfoliación facial sobre tu piel
Lo que hace especial a la exfoliación es que elimina las células muertas de la piel, una de las principales causas del envejecimiento facial. Usar un exfoliante varias veces por semana -en la mañana o en la noche- puede ayudar a prevenir líneas finas en el rostro y arrugas.
Además, exfoliar el rostro también permite que la piel absorba con facilidad los sueros y cremas que usamos a diario. Al eliminar las células muertas que limitan la absorción de los poros, los productos pueden penetrar en las capas más profundas del cutis y mejorar su apariencia.
Otros beneficios de la exfoliación facial serían los siguientes:
- Mejora la textura del rostro dándole un aspecto juvenil.
- Estimula la renovación celular de la piel.
- Disminuye la cantidad de grasa acumulada en los poros evitando brotes de acné.
- Mejora el tono de la piel al estimular la circulación sanguínea.
Beneficios de la doble limpieza facial en tu rutina diaria
La doble limpieza facial es una técnica de cosmética coreana que se centra en utilizar dos tipos de producto para limpiarnos. Se comienza con un limpiador oleoso para retirar la suciedad más resistente, como el maquillaje o el protector solar, y se termina con otro limpiador acuoso para los residuos hidrosolubles, como el polvo y las células muertas.
Dicho de otro modo, la principal ventaja de la doble limpieza es que elimina cualquier residuo que se acumule en la capa más superficial de la piel. De allí que se use como desmaquillante en muchos casos, o para realizar una limpieza profunda en cualquier área del rostro.
Otros beneficios de la doble limpieza coreana como parte de la rutina diaria serían estos:
- Elimina el sebo acumulado en los poros reduciendo el acné y puntos negros.
- Es el mejor método para remover el protector solar que usamos cada día.
- Prepara la piel para que el maquillaje pueda adherirse mejor.
- Contiene ingredientes que ayudan a conseguir una piel más suave.
Cómo escoger entre la doble limpieza y la exfoliación
Si esperas escuchar que la exfoliar es mejor que limpiar el rosto o viceversa, no es el caso. Ambos métodos son igual de efectivos al tratar las células muertas y suavizar la piel, lo que influye al momento de elegir uno u otro son tus necesidades.
La doble limpieza elimina la suciedad, el maquillaje y otras impurezas de la piel que pueden obstruir los poros y provocar puntos negros. Por su parte, la exfoliación remueve las células muertas de la piel que pueden envejecer el rostro y causar brotes de acné.
Si aún así te resulta difícil ver la diferencia, piensa en el exfoliante como el producto para una limpieza profunda durante tu rutina de cuidado de la piel. Mientras que el limpiador ayuda a eliminar lo que hay en la superficie del rostro, un exfoliante realmente entra allí y quita la suciedad que se ha acumulado con el tiempo.
Otros factores como la edad, el clima o los productos que utilizas en tu piel también pueden influir en la decisión de exfoliar o limpiar primero. Pero la mejor forma de guiarte es tomando en cuenta tu tipo de piel.
Cuándo usar un exfoliante, un paso para pieles maduras
La exfoliación puede ser dura para algunos tipos de piel, al punto de picar o quemar si la zona es demasiado sensible. No es adecuada para personas con rosácea, alergias o aquellos con tonos de piel oscuros, ya que los ácidos exfoliantes que se utilizan son altamente reactivos.
No obstante, un exfoliante físico o químico es una valiosa adición a tu rutina de cuidado de la piel si tienes problemas con el acné. Las pieles grasas que buscan un cutis más suave y brillante pueden usar beta hidroxiácidos (BHA) como el ácido glicólico para una limpieza profunda.
La exfoliación facial también es recomendable para combatir los signos del envejecimiento en pieles más maduras. Si tienes una piel mixta, puedes exfoliarte una o dos veces por semana. Pero si tienes un tipo de piel sensible que se irrita fácilmente, probablemente querrás optar por productos más suaves que no contengan ácidos o fragancias añadidas.
Aquí es donde la elección entre la doble limpieza y la exfoliación facial se vuelve sencilla.
Cuándo hacer la doble limpieza facial, la solución para pieles grasas
La doble limpieza facial también es recomendable si tu piel es naturalmente grasa, pues ayuda a eliminar parte del sebo en los poros pero no demasiado como para perder las grasas esenciales. De hecho, los limpiadores son el producto ideal para prevenir puntos negros.
Intenta comenzar con un limpiador en aceite o agua micelar para el sebo y, luego, continúa con un limpiador hidratante para revitalizar tu rostro. Si tu piel es seca, deberías evitar limpiar el rostro dos veces durante el día o la noche. El lavado excesivo puede irritar las pieles sensibles y poco humectadas, lo que aumenta el riesgo de sufrir descamación o brotes de acné.
Otra forma de elegir entre el limpiador y el exfoliante…
Más allá de cuál sea tu tipo de piel, la doble limpieza del rostro es ideal para aquellos que hacen la mayor parte de su rutina facial por la mañana. Al ser un método en el que no se usan ácidos agresivos, puedes aplicarlo sin arriesgarte a sufrir quemaduras o irritación por la exposición solar.
Si a eso le sumamos que purifica los poros para sobrellevar todo un día de agresiones externas, entonces la doble limpieza sería un paso indispensable en la rutina de las personas activas físicamente. La exfoliación facial es un procedimiento mucho más delicado, ya que puede producir varios efectos secundarios. Si usamos peelings químicos diariamente nos hacernos más vulnerables al sol y es posible sufrir quemaduras, enrojecimiento o hinchazón en el rostro.
¿Es necesario escoger? Prueba lo mejor de dos mundos
Aunque no recomendamos utilizar dos métodos a la vez, por la alta probabilidad de que se irrite la piel con tantos pasos en tu rutina de skincare, sí es posible combinar la doble limpieza facial y la exfoliación.
Limpiar la piel primero ayuda a eliminar la suciedad y prepara el rostro para la siguiente fase. Así podrás trabajar con una base limpia para luego exfoliar las células muertas que se acumulan en la superficie de la piel.
Caso contrario, exfoliar primero eliminará los residuos, las células muertas y la suciedad profunda en el cutis. Este orden permite realizar una limpieza minuciosa del rostro y conseguir una superficie suave, pues libera los poros lo suficiente para que el limpiador termine el trabajo.
Si tienes un tipo de piel mixta o normal, probablemente puedas exfoliar y limpiar la piel al mismo tiempo. Solo debes tener en cuenta que ya sean juntos o por separado, el éxito de estas rutinas de cuidado de la piel depende de cómo las realices.
¿Cómo se exfolia adecuadamente la piel?
Si está usando un exfoliante físico, primero humedece tu rostro y luego aplica una cantidad del tamaño de una moneda en tu dedo. Masajea la piel con movimientos circulares y enjuaga todo el producto con agua.
Los exfoliantes químicos, por otro lado, deben aplicarse con cuidado. Usando un pincel o bastoncillo, empieza a colocar el exfoliante partiendo por la frente y evitando el contacto con los ojos o los labios. Deja actuar el producto por 2 o 3 minutos y retíralo con abundante agua fría. Este paso es fundamental para neutralizar los efectos del ácido y evitar quemaduras, así que puedes ayudarte con un algodón para enjuagar todo el rostro.
¿Cómo se hace una doble limpieza facial?
Si te has decidido por la doble limpieza, moja la cara con agua tibia y luego aplica tu primer limpiador. Utiliza tus dedos para masajear suavemente la piel con movimientos circulares, pero no frotes o seques todavía. En su lugar, enjuaga el primer limpiador con agua tibia y aplica el segundo usando el mismo método. Finalmente, sécalo todo con palmaditas suaves y listo.
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Recuerda, ser consciente de tus hábitos y rutina facial puede ayudarte a tener un cutis joven por más tiempo. ¡Te esperamos!
