Si amas las mascarillas faciales, o al menos las has probado alguna vez, seguro conoces sus beneficios sobre las pieles acneicas, secas y sensibles. Pero cuando no se utilizan bien o se abusa de ellas, nuestro rostro puede sufrir las consecuencias.
No es la primera vez que en el afán de dar con una solución rápida para la piel, las personas recurren a mascarillas caseras que prometen resultados instantáneos. Este error no permite que aproveches al máximo este producto.
Por ello, hoy explicaremos cómo hay que usar las mascarillas faciales para que no se vuelvan contra ti durante la rutina de skincare.
Errores comunes al usar mascarillas
Las mascarillas faciales están hechas para abordar problemas específicos del cuidado de la piel, como exceso de sebo. No encontrarás ninguna mascarilla o casmara que te ayude a rejuvenecer el rostro, eliminar el acné y dejar la piel radiante al mismo tiempo. Claro está, a menos que busques tratamientos profesionales como nuestro Facial de las Estrellas.
Es importante entender esto porque uno de los errores más comúnes al usar mascarillas faciales es creer que cualquiera va a funcionar en nuestro rostro. Falso, las necesidades de cada persona son diferentes según su tipo de piel. Entonces, lo que puede resultar beneficioso para algunos, puede no serlo para otros.
Hay otros mitos y mentiras que abundan en Internet sobre el uso de las mascarillas para la cara. Si quieres llevar a tu piel a su mejor versión -más saludable e hidratada-, te recomendamos evitar los siguientes.
Aplicar mascarillas faciales sobre la piel sin lavar
Utiliza mascarillas faciales cuando tu piel esté limpia, preferiblemente, después de haber realizado un peeling para eliminar las células muertas del rostro. Piensa que de lo contrario estarás aplicando el producto sobre la suciedad y las bacterias que acumulaste durante el día, lo que puede provocar irritación.
Dejas tu mascarilla toda la noche
Otro error común al usar mascarillas para hidratar la cara es pensar que dejarlas más tiempo del necesario potenciará los resultados. Si una mascarilla no está pensada para usarse durante la noche, tenlo en cuenta y sigue las instrucciones.
Aunque las mascarillas hidratantes no dañarán tu piel si las dejas cuatro o cinco horas más, aquellas con fórmulas exfoliantes debes usarlas solo el tiempo indicado en la caja. De lo contrario, los componentes purificantes podrían deshidratar la epidermis.
Usas demasiado producto
Al igual que con los serums y cremas para el cuidado de la piel, cuando se trata de mascarillas faciales, menos es más. Una capa súper gruesa no dará más resultados que aplicar la cantidad recomendada. Basta con cubrir tu rostro, porque lo realmente importante es obtener una capa fina y uniforme de producto.
No te hidratas después de usar las mascarillas faciales
El ácido hialurónico y las cremas hidratantes son un paso que no debes saltarte si usas mascarillas para la cara. Aunque las mascarillas contienen ingredientes para atraer y retener agua en la piel, recuerda que solo brindan un impulso adicional a tu piel. No pueden reemplazar a oros hidratantes en tu rutina de skincare.
Reutilizas la mascarilla dos o tres veces
Quizás no sea tu caso, pero muchas personas piensan que las mascarillas son multidosis. Aunque la notes impregnada de sérum, la piel no continuará absorbiéndola porque la mascarilla facial fue diseñada para que la usemos solo una vez.
De hecho, el exceso de mascarillas nutritivas o hidratantes causa “sobredosis” en la piel. Los efectos secundarios incluyen enrojecimiento, picazón o granitos, si se aplican más de dos veces por semana.
¿Cómo se usan las mascarillas para la cara en la rutina?
Las mascarillas faciales son concentraciones más altas de ingredientes que probablemente ya utilizas en tu rutina, como la vitamina C y el ácido hialurónico. Así que céntrate en el ingrediente que quieres destacar. ¿Quieres hidratar tu rostro o exfoliarlo? ¿Usas mascarillas para destapar los poros?
Marcarse un objetivo es importante antes de usar este producto porque te ayudará a obtener el resultado que tanto deseas. Aunque ten en cuenta que también debes aprender cómo usar las mascarillas correctamente sobre tu rostro.
Primero, limpia tu rostro. Cualquier resto de maquillaje, protector solar o sudor debe desaparecer de tu piel antes de aplicarse una mascarilla facial. Parece obvio, sí, pero es un paso indispensable para abrir los poros.
Luego, elige el tipo de mascarilla facial. No todas las mascarillas faciales son iguales. Cada una cumple una función diferente durante la rutina de cuidado facial. Por ejemplo, las mascarillas de arcilla son limpiadoras y se aplican después de la doble limpieza.
También lee las instrucciones y espera el tiempo adecuado. Una vez que la mascarilla facial entra en contacto con tu piel, debes saber cuánto tiempo tienes que dejarla allí. Normalmente, basta con 10 o 20 minutos, pero eso va a depender siempre del tipo de mascarilla y de los ingredientes.
Hay mascarillas que sí puedes usar toda la noche e incluso dormir con ellas para potenciar los resultados. Por eso, no olvides mirar la caja y apuntar bien el tiempo.
Para finalizar, retira la mascarilla para la cara sin aclarar. No hay que lavarse la cara después de utilizar una mascarilla a no ser que las instrucciones pidan aclarar el producto con agua. Aunque si notas tu piel demasiado pesada luego usarla, puedes retirar el exceso con un algodoncito o masajear el sérum hacia el cuello.
¿Cuál mascarilla facial elegir según tu tipo de piel?
El mundo de las mascarillas faciales es como el de las cremas: hay que elegir una en función de tus necesidades. No busques una marca de mascarillas solo porque hayas escuchado a la gente hablar de ella, elige aquella que se adapte mejor a tu tipo de piel para así obtener resultados.
Mascarillas de arcilla para pieles grasas y mixtas
Si eres de las que sufre brotes de acné y puntos negros con mucha frecuencia, sin duda, tienes piel grasa o mixta. Para ti una buena opción son las mascarillas de arcilla, ya que ayudan a cerrar los poros abiertos y eliminan el exceso de sebo.
Busca ingredientes que disminuyan la producción de grasa como las mascarillas de centella asiática. Y recuerda, aplica una capa fina una vez por semana evitando el contorno de los ojos.
Mascarillas hidratantes para pieles secas
Un tono apagado en la piel, irritación o descamación son signos de piel seca. Para tratar este tipo de cutis, la mascarilla que mejor funciona es la de hidratación profunda. Elige productos que contengan ceramidas para reparar tu barrera cutánea, responsable de retener el agua dentro de la piel.
Mascarillas de ácido hialurónico para pieles envejecidas
El ácido hialurónico es el ingrediente ideal si buscas resultados antiedad, ya que retiene el agua en la piel y rellena las líneas de expresión provocadas por el paso del tiempo. Si tienes una piel envejecida, te recomendamos las mascarillas faciales que tengan ácido hialurónico o péptidos.
Mascarillas faciales para las pieles normales
Las pieles equilibradas y sin ningún poro obstruido, también deberían incluir mascarillas faciales en su rutina de cuidado de la piel. Aunque la mejor opción en su caso puede variar de persona a persona, pues no hay un problema que tratar como el acné.
Puedes iniciar con una mascarilla regenerativa, al menos una vez a la semana, y luego aplicar mascarillas hidratantes para mantener la luminosidad de tu rostro.
¿Cada cuánto hay que ponerse las mascarillas para la cara?
Las mascarillas deben usarse una vez a la semana durante el primer mes, y luego una vez al mes para promover el ciclo natural de renovación de la piel. Sin embargo, hay algunas excepciones que debes tener en cuenta:
- Si notas que tu piel está deshidratada, opaca y sin luz, aplica la mascarilla todos los días durante una semana. Luego, reduce la frecuencia hasta aplicarla una vez por semana. Será un tratamiento de choque para tu piel.
- Si exfolias tu piel con mucha frecuencia, te sugerimos asignarle días específicos a está tarea. Por ejemplo, si los martes te exfolias, deja los miércoles para el uso exclusivo de una mascarilla facial.
La mentira de las mascarillas faciales caseras y por qué no debes usarlas
En redes sociales hay cada vez más tutoriales sobre cómo hacer mascarillas caseras en casa con ingredientes de cocina: pepino, huevo, tomate, azúcar o aguacate. Los gurús del skincare prometen resultados instantáneos si usas estas mascarillas naturales, pero lo que ellos no saben es que cada piel es distinta.
Ponerse crema de arroz en la cara para rejuvenecer el rostro puede tener algún beneficio para ellos, sin embargo, para ti podría no tener ningún efecto. Esto debido a que cada tipo de piel necesita concentraciones diferentes de ciertos ingredientes, que solo pueden ser sintetizadas en los laboratorios.
Las mascarillas para la cara irritan tu piel
Si los ingredientes no están correctamente formulados, no nos van a servir de mucho en nuestra mascarilla casera. De hecho, la piel ni siquiera los va a asimilar correctamente.
Por ejemplo, las mascarillas con aloe vera tienen muchísimos beneficios demostrados pero, a veces, colocarlas directamente sobre la cara sin purificar puede producir reacciones alérgicas.
Asimismo, la famosa mascarilla facial de limón y bicarbonato es una de las recetas más peligrosas para la piel. El limón actúa de forma contraria al bicarbonato de sodio. Es un ácido con un PH muy bajo por lo que puede generar irritación y otras reacciones como dermatitis sobre la piel. Si nos aplicamos directamente el zumo de limón en la cara podemos no solo irritar la piel, sino causar la aparición de manchas oscuras.
Para evitar este problema, en los laboratorios cosméticos se suele trabajar con una vitamina C estabilizada. Por ello recomendamos usar mascarillas faciales realizadas por profesionales y no recetas caseras en redes sociales.
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