Si has sentido que la piel te empieza a picar cuando vas a la playa o te expones a los rayos ultravioleta, es posible que te hayas encontrado con el término “alergia al sol”. En esta época del año es común que aparezcan erupciones cutáneas cuando pasamos mucho tiempo expuestos a los rayos solares, sin embargo, no todo es una alergia en el sentido más clásico.
La alergia al sol es una reacción inusual y desproporcionada de la piel que se produce al entrar en contacto con la luz solar. Se llama coloquialmente así porque sus síntomas son muy parecidos a los de una dermatitis, aunque se trata de un problema severo en la piel que puede causar cicatrices en cara, brazos y cuello.
En este artículo te explicaremos cómo diferenciar esta alergia de cualquier otra quemadura, así como la mejor manera de tratar las erupciones y tener una piel saludable durante el verano.
¿Qué es la alergia al sol o fotodermatosis?
Como mencionamos anteriormente, la alergia al sol es en realidad un término que se utiliza para agrupar varias reacciones de la piel ante la exposición solar. Estas reacciones se conocen también como fotodermatosis, y son frecuentes en niños y mujeres de entre 20 y 40 años.
La alergia más común es la Erupción Polimórfica Lumínica (EPL), que se caracteriza por la aparición de ronchas en las zonas más expuestas de la cara, brazos y escote. Los síntomas a menudo son leves y desaparecen después de unas pocas horas, aunque pueden dejar cicatrices en la piel si no utilizas alguna crema hidratante.
Otro tipo de reacción muy frecuente son las Urticarias Solares (US). Se trata de ronchas rojas que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, incluso en los lugares que no han estado expuestos al sol como los muslos. Puede provocar otros síntomas como cefalea o dificultad para respirar, y a menudo se trata con antihistamínicos en forma de pomada para reducir el picor.
En ambos casos, los síntomas aparecen cuando la piel se expone repentinamente al sol después de mucho tiempo acostumbrado a otro tipo de luz. Es por eso que la alergia al sol es habitual durante los meses de marzo a junio y durante las primeras vacaciones en la playa de agosto.
Pasos para saber si tengo una alergia al sol y no una quemadura
Durante mucho tiempo se pensó que las fotodermatosis eran un tipo de quemadura leve, ya que los síntomas son similares a simple vista: enrojecimiento, picor, ampollas y un largo etcétera. Sin embargo, hay tres claves para diferenciar la alergia al sol de cualquier otra reacción cutánea.
La región afectada
Cuando nos quemamos por pasar demasiado tiempo bajo el sol, bien sea en la playa o al caminar por la calle durante las horas más cálidas, la zona afectada siempre está expuesta a la luz. De esta manera, es común ver quemaduras en la frente, orejas, cuero cabelludo, espalda, abdomen, pies y nariz, ya que son aquellas partes que cuesta cubrir con una prenda de ropa en el verano.
Sin embargo, las fotodermatosis pueden afectar zonas que no están expuestas a la luz del sol directamente como cualquier otra alergia. En consecuencia, es más normal que se presente en brazos, manos, muslos, escote o en las zonas laterales de la cara.
La duración y las primeras molestias
Otra diferencia entre las quemaduras y la alergia solar es el tiempo que tardan en aparecer los primeros síntomas y lo rápido que pueden desaparecer al llegar a casa. Mientras que las quemaduras empiezan a enrojecerse de 3 a 5 horas después de la exposición al sol, la fotodermatosis ocurre casi de manera instantánea.
En algunos casos, esta alergia aparece justo después de exponerse a los rayos ultravioleta a manera de ampollas, y disminuye una vez que nos ocultamos en un espacio sin luz directa como nuestra habitación.
El desarrollo de los síntomas
También se sabe que la alergia al sol no pela la piel enrojecida como ocurre con las quemaduras, al contrario, es probable que se extienda a otras zonas del cuerpo si no recibe tratamiento.
Recuerda que las fotodermatosis generan un aumento en la producción de anticuerpos como otro tipo de alergias. Se cree que podrían estar relacionadas con una reacción inmunitaria en la que la luz ultravioleta se convierte en una toxina para la piel.
Conforme avanza el verano y se repiten las exposiciones al sol, los síntomas de esta alergia van mejorando de manera progresiva. No obstante, tiende a repetirse año tras año, a diferencia de una quemadura que sucede en un momento determinado.
Los síntomas también te ayudan a distinguir alergias solares
Otra buena forma de identificar una alergia al sol es mirando tu piel, ¿Qué tipo de síntomas presentas? ¿Cuánto tiempo tardó en aparecer la reacción después de la exposición al sol? ¿Ha empeorado o mejorado?
Las personas que tienen Erupción Polimórfica Lumínica, que es la forma más común, desarrollan pequeñas manchas rojas después de unas horas de exposición al sol. Estas protuberancias forman a su vez lesiones pequeñas que pueden causar picazón.
Por su parte, aquellos con Urticaria Solar o Prurigo Actínico -una variación que afecta a las pieles morenas- pueden sufrir manchas o enrojecimiento después de unos pocos minutos de exposición al sol. Estas lesiones son similares a una picadura y pueden aparecer en zonas protegidas por alguna pieza de ropa.
Lo que suele ser común en todos estos casos son los siguientes síntomas:
- Picazón o escozor en la piel.
- Manchas rojas, granitos o ampollas.
- Hinchazón en la zona afectada.
Además de los cambios en el estado de la piel, existen otros signos que nunca se presentan en el caso de una quemadura pero sí durante un episodio alérgico:
- Presión arterial baja.
- Dolores de cabeza.
- Náuseas o sensación de malestar.
- Dificultades respiratorias.
Si tienes uno o ambos grupos de síntomas, te recomendamos realizarte una fotoprueba en tu centro estético de confianza. Las fotopruebas son análisis para comprobar cómo reacciona tu piel a la luz ultravioleta y, hasta ahora, son la mejor forma de identificar una alergia al sol que requiere tratamiento.
¿Por qué la piel se vuelve alérgica al sol?
Se desconoce la causa exacta de los distintos tipos de fotodermatosis, aunque pueden estar implicados diferentes factores. Uno de ellos es el componente genético, de modo que el riesgo es mayor si existen antecedentes familiares con alergia al sol. Asimismo, es más probable que esta reacción aparezca si padeces otras afecciones de la piel como la dermatitis.
Esta alergia a los rayos del sol también puede surgir de la nada, en alguien que nunca la ha tenido antes. Esto debido a que el sistema inmunológico identifica erróneamente las células afectadas por el sol como células extrañas, o bien por algún tipo de perfume o protector solar que afecta la respuesta de la piel a la radiación.
Incluso es posible que personas con piel sensible desarrollen una fotodermatosis temporal por el uso de algún medicamento antiinflamatorio o pastillas de protección solar.
¿Qué hacer si me da alergia exponerme al sol?
Para los síntomas leves, es posible que necesites evitar el sol durante unos días. La mayoría de los síntomas de la alergia al sol mejoran en 48 horas, cuando no expones la piel afectada a aquello que le causa estrés.
Ahora, si no es posible aislarse del sol, lo recomendable sería aplicar una crema solar con factor SPF 30 o superior antes de salir. Los protectores solares que bloquean físicamente el sol pueden ser más útiles que los protectores solares químicos, que están formulados para bloquear solo los rayos UVA.
Otra forma de tratar la alergia al sol consiste en aplicar antihistamínicos, como el famoso montelukast que se usa para tratar el asma, junto con compresas frías sobre la piel. Ambos métodos ayudan a reducir la inflamación en la zona mientras la piel se recupera de la alergia.
Fototerapia, el mejor tratamiento para la alergia al sol
Para casos más graves, es vital acudir a un profesional que te ayude a ir acostumbrando la piel a la luz del sol progresivamente hasta desarrollar cierta tolerancia. A este proceso se le conoce como fototerapia, ya que se utiliza una lámpara especial para iluminar con luz ultravioleta las áreas del cuerpo que, con frecuencia, son sensibles al sol.
Esta terapia utiliza el mismo principio que las inyecciones contra la alergia, en las que se administran pequeñas dosis de alérgenos para desensibilizar al paciente con el tiempo. Además, la exposición a la luz es selectiva y controlada, por lo que generalmente es bien tolerada por niños o adultos.
Consejos para evitar erupciones bajo el sol
En Iki Skin Experts llevamos varios años tratando manchas en la piel. Sabemos que el sol es la primera causa de envejecimiento y, por eso, hemos creado una lista de recomendaciones para evitar las fotodermatosis.
- Cubre tu piel siempre que sea posible. Esto puede ser difícil en el verano, pero prueba con materiales más livianos como algodón y lino para asegurarte de estar cómodo cuando la temperatura suba.
- Hidrata tu piel varias veces al día, siempre que no esté sensible. Las cremas hidratantes pueden ayudar con la piel agrietada o seca que aparece tras una reacción al sol.
- Utiliza cremas calmantes si te duele especialmente la piel. Una loción de calamina o aloe vera es indispensable para preparar la piel para la radiación ultravioleta más dañina.
- Limita el tiempo que pasas al aire libre cuando el sol es más fuerte. Hay que evitar exponerse a la luz directa entre las 10am y las 4pm, lo que vienen siendo las horas previas y posteriores al mediodía en cada país.
Si quieres conocer más formas de prevenir la alergia al sol, agenda una valoración gratuita con nosotros y te daremos un plan personalizado para este verano. ¡Disfruta de las vacaciones con una piel saludable y llena de brillo!