No caigas en confusiones: Te explicamos para qué sirve la toxina botulínica

Si quieres combatir la aparición de las arrugas te explicamos para qué sirve la toxina botulínica y despejamos tus dudas al respecto.

A medida que envejecemos, nuestra piel va perdiendo elasticidad y comienzan a aparecer las temidas arrugas. Muchos clientes buscan tratamientos para desaparecer las arrugas, pero tienen miedo por el falso mito de que quedarán con una “cara de payaso”. En este artículo desmentimos esta creencia y te explicamos para qué sirve la toxina botulínica, el mejor tratamiento para lidiar con las arrugas.

Por lo general se cree que todos los tratamientos que se inyectan en el rostro son toxina botulínica o bótox (como se le conoce comercialmente), pero este es tan solo uno de muchos que existen en el mercado. De ellos también hablaremos más adelante.

¿Qué es la toxina botulínica o bótox?

Se trata de una neurotoxina cuyo componente es la bacteria Clostridium botulinum. Su capacidad de generar una parálisis muscular la hace una candidata ideal para lidiar con las arrugas que aparecen con el paso del tiempo. La parálisis muscular que produce se denomina botulismo, de ahí su nombre.

Comencemos a derribar mitos. Por lo general, se cree que la toxina botulínica se utiliza para rellenar las arrugas, sin embargo, esta percepción no es correcta. Precisamente porque esta neurotoxina es capaz de producir una parálisis muscular es que no rellena ni corrige arrugas. En su lugar evita la contracción de los músculos, por eso los relaja y previene la formación de arrugas o la profundización de las ya existentes.

De hecho, más allá de su uso estético, también se le utiliza en medicina para tratar trastornos que generan hiperactividad muscular o movimientos involuntarios. Igualmente se le ha indicado para evitar la sudoración excesiva en axilas y palmas de las manos.

¿Cómo se forman las arrugas y por qué la toxina botulínica es ideal para combatirlas?

Para entender cómo funciona la toxina botulínica hay que saber cómo se forman las arrugas. Principalmente, las arrugas en la piel son el resultado de un proceso natural causado por el movimiento repetitivo de la contracción muscular.

Estas se clasifican en varios tipos:

  • Estáticas: resultado de la pérdida natural de colágeno en la piel.
  • Dinámicas: las líneas de expresión que se marcan por movimientos faciales como reírse, fruncir el ceño o la boca y entrecerrar los ojos.
  • Arrugas gravitatorias: responden al envejecimiento natural de la piel.
  • Mixtas: aparecen por la combinación de todas las anteriores.

Uno de los argumentos que demuestran que la toxina botulínica no rellena arrugas es porque se inyecta de manera intramuscular, específicamente para generar esa parálisis muscular y evitar que se forme el pliegue. También es fundamental comprender que, si bien las personas se lo aplican cuando ya aparecen las arrugas, es más efectivo aplicarlo de manera preventiva.

Es por ello que existen tratamientos como el bótox preventivo o baby botox antes de que aparezcan las arrugas o cuando estas sean muy sutiles. No hay una edad establecida para comenzar a tratarse con la toxina botulínica, no obstante a partir de los 30 o 40 años es lo más frecuente.

Si te encuentras en este rango de edad y quisieras evitar la aparición de las arrugas, es ideal que consideres el tratamiento con la toxina botulínica. De esa manera no tendrás que aplicarlo cuando estés mayor, ya que nunca se formarán las arrugas.

No todo lo que se inyecta es bótox

Como ya mencionamos en párrafos anteriores, existen muchos tratamientos inyectables en el mercado que son ideales para mantener un aspecto joven. Otro mito que se suele tener de la toxina botulínica es que es lo único que se inyecta y no es así. Los demás tratamientos además tienen indicaciones diferentes y usos diversos. Estos son algunos de ellos:

  • Ácido hialurónico: es un polisacárido que atrae el agua para mantener la piel hidratada. La inyección se hace de manera intradérmica para estimular los fibroblastos que generan colágeno.
  • Colágeno: si se le aplica de manera intradérmica se mejora la hidratación de la piel, mientras que si la inyección es subdérmica actúa como un relleno que aporta volumen.
  • Ácido poliláctico: su aplicación no se limita a una sola zona del rostro y mejora el aspecto de la piel creando un efecto tensor.
  • Vitaminas: funcionan como un refuerzo de luminosidad, elasticidad e hidratación. Se aplica en cócteles que contienen aminoácidos, ácido hialurónico y vitaminas A, E, B, C y K.
  • Hidroxiapatita cálcica: es un reactivador de colágeno que actúa similar al ácido hialurónico o el poliláctico. Sus efectos son progresivos.

La mayoría de estos tratamientos son estimuladores de colágeno y solo sirven para rellenar, por ello sí corrigen. A diferencia de la toxina botulínica, sus efectos son temporales y el paciente debe recurrir a ellos cada cierto tiempo.

Usarlos no está mal, de hecho, pueden generar un mejor aspecto y ser un gran aporte a la salud de la piel. Sin embargo, si tu objetivo es combatir las arrugas, tu mejor opción es la toxina botulínica. Te explicamos por qué.

Ventajas del tratamiento con toxina botulínica

  • Elimina temporalmente las arrugas con una duración de al menos 4 a 5 meses. Su efecto se potencia cuando se aplica de manera preventiva.
  • Efectos prácticamente inmediatos. A tan solo una semana de su aplicación se pueden notar los resultados.
  • El tratamiento es reversible después de varios meses y no genera efectos secundarios.
  • Mantiene la expresión del rostro, contrario a como se piensa sobre el temido “efecto payaso”.
  • Es un tratamiento de poco dolor, además las sesiones son cortas, entre 10 a 15 minutos.
  • Después de su aplicación, el paciente puede llevar una vida normal, siempre y cuando siga manteniendo los cuidados básicos de la piel como el uso de bloqueador solar.

El uso de la toxina botulínica es un gran aliado contra las arrugas… si se le aplica de manera correcta

Una de las grandes causas del temor al tratamiento con toxina botulínica es la aplicación incorrecta en los pacientes, generando efectos no deseados como la ya mencionada cara de payaso.

Algunos pacientes suelen optar por ofertas más económicas para aplicarse la neurotoxina con personas particulares que no tienen experiencia profesional. La aplicación incorrecta de la inyección o exagerar la cantidad de dosis suele causar falta de expresión, forma poco natural de las cejas, ya sea por estar muy elevadas o caídas, al igual que los párpados.

La mejor manera de potenciar los grandes efectos de la toxina botulínica es acudir a un profesional que conozca perfectamente cuántas dosis requiere tu rostro, cada cuánto tiempo y dónde aplicar las inyecciones.

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