Si sufres de psoriasis y buscas un tratamiento efectivo, este es el artículo para ti. La psoriasis es una enfermedad que puede afectar la calidad de vida de quien la padece. Esto se debe a las lesiones que aparecen en la piel, especialmente en el cuero cabelludo, en la cara y en las manos.
Estas lesiones pueden provocar estrés emocional y social, afectando la autoestima y la confianza en sí mismo. Además de ello, las personas que sufren de psoriasis pueden experimentar mucha picazón, dolor y ardor, llegando a interferir con el sueño y otras actividades cotidianas.
La psoriasis es una enfermedad que se ha asociado con un mayor riesgo de depresión y ansiedad, por ello es importante tratarla de manera adecuada y oportuna. ¿Cuál es el mejor tratamiento de la psoriasis? Te contamos en este artículo.
Hablemos de la psoriasis: ¿De qué trata esta enfermedad?
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta principalmente a la piel, pero también existen casos en los que puede afectar las uñas, las articulaciones e incluso el sistema cardiovascular, exponiendo al paciente a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas como presión arterial alta.
La psoriasis puede manifestarse con parches de piel roja y escamosa que causa picor y dolor en las áreas afectadas.
Esta afección se caracteriza por una respuesta exagerada del sistema inmunológico, que causa una inflamación crónica y desregulada de la piel, produciendo células de piel nuevas en exceso. Esto provoca la aparición de parches de piel roja y escamosa, que pueden provocar picor y dolor en las áreas afectadas. Es una enfermedad bastante común que afecta a millones de personas en todo el mundo.
¿Cuál es la relación de la psoriasis con la rosácea?
Realmente ninguna tiene una relación causal con la otra, pero sí podrían compartir algunos factores detonantes como el estrés, los cambios de clima, el consumo de alcohol y de alimentos picantes.
Ambas son enfermedades diferentes, mientras que la psoriasis es un trastorno autoinmune que afecta el crecimiento de las células de la piel, la rosácea es una enfermedad vascular que impacta sobre los vasos sanguíneos de la cara.
Algunos estudios apuntan a que los pacientes con psoriasis pueden desarrollar rosácea como reacción adversa a ciertos medicamentos para el tratamiento de la psoriasis, como los corticoides tópicos o los retinoides.
Artritis y psoriasis, dos afecciones crónicas
Dado que ambas son enfermedades inflamatorias crónicas que afectan al sistema inmunitario, la artritis y la psoriasis se pueden padecer al mismo tiempo. De hecho, entre el 10% y el 20% de los pacientes de psoriasis padece artritis psoriásica.
Este tipo de artritis es diferente a otros tipos comunes como la osteoartritis o la artritis reumatoide. Se cree que está relacionada con la psoriasis como un problema subyacente de la enfermedad.
La causa exacta no se conoce aún, pero al igual que cualquier afección del sistema inmunitario, es posible que tenga ciertos detonantes o factores como la genética, el medio ambiente e infecciones.
Tipos de psoriasis: ¿Cómo identificarlos?
Existen varios tipos de psoriasis, cada uno con características y síntomas únicos. Estos se diferencian por las áreas del cuerpo donde aparecen las lesiones en la piel. Veamos cuáles son:
Psoriasis vulgar o en placas, el más común
Este tipo de psoriasis es el más común, al menos un 80% de los pacientes con psoriasis lo padecen. Se caracteriza por la aparición de placas rojas y escamosas en la piel, que suelen ser gruesas y elevadas.
Las placas pueden variar en tamaño desde unos pocos milímetros hasta varios centímetros, y pueden fusionarse en áreas más grandes en casos más graves.
La psoriasis vulgar puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, siendo las zonas más comunes las rodillas, codos, cuero cabelludo y espalda. Aunque es una enfermedad crónica que no tiene cura, se puede tratar para controlar sus síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Psoriasis pustulosa, muy dolorosa y poco común
Este tipo de psoriasis se caracteriza por presentarse con pústulas o ampollas llenas de pus rodeadas de piel roja —o violácea— e inflamada. Esta puede aparecer en todo el cuerpo, pero también específicamente en las plantas de las manos y los pies, en ese caso se le llama psoriasis pustulosa palmoplantar.
Psoriasis inversa, también conocida como psoriasis flexural
Este tipo de psoriasis se presenta áreas de la piel donde se produce fricción como en los pliegues de la piel tales como las axilas, la ingle, glúteos y debajo de los senos.
Por lo general las lesiones de este tipo de psoriasis son rojas, brillantes y lisas que empeoran con el roce y el sudor.
Psoriasis guttata, consecuencia ciertas infecciones
Este tipo de afección es una de las que más afecta a niños y a jóvenes, es el resultado de una infección bacteriana como la faringitis estreptocócica. Entre sus características resaltan pequeñas manchas escamosas color rojo o rosado que aparecen en el tronco, brazos y piernas.
La responsable de este tipo de psoriasis es la bacteria estreptococo beta hemolítico que se contagia por el contacto directo con secreciones respiratorias o las lesiones cutáneas de una persona infectada.
Otros tipos de psoriasis: la ungueal y la eritrodérmica
La psoriasis ungueal es aquella que se manifiesta en las uñas de los pies y de las manos pudiendo llegar a producir cambios en la textura y color de las uñas. Este tipo de lesión se presenta con manchas de color blanco, líneas rojas o marrones y el engrosamiento de las uñas.
Por su parte, la psoriasis eritrodérmica cubre la mayoría del cuerpo con lesiones rojas y escamosas. Suele ser uno de los tipos más graves pero poco frecuentes cuyo sarpullido es doloroso y pruriginoso. Aparece como reacción a ciertos tipos de medicamentos o incluso como una exacerbación de otra forma de psoriasis. Puede llegar a ser mortal si no se acude al doctor a tiempo.
Tratamiento de la psoriasis: diferente para cada paciente
Para saber qué atacar para tratar la psoriasis es necesario saber qué la causa, no obstante aún no se sabe a ciencia cierta qué la produce, solo se sabe que tiene que ver con el sistema inmunológico hiperactivo. Por esa razón, los tratamientos varían en su enfoque, los detallamos a continuación:
Antibióticos: para psoriasis con base en infecciones bacterianas
Los médicos tratan la psoriasis cuando es un tipo relacionado con alguna infección bacteriana, tal como la guttata, que como ya mencionamos anteriormente, es producida por la faringitis estreptocócica.
La guttata se trata con antibióticos como la penicilina y la eritromicina, sin embargo, según algunos estudios, la penicilina no ha demostrado ser especialmente efectiva contra la psoriasis. En cambio, antibióticos como los macrólidos y la rifampicina sí han demostrado efectividad para reducir la inflamación.
Su efectividad puede estar relacionada con la modulación del sistema inmunitario más que con la inhibición bacteriana. ¿Y qué sucede con los casos que no tienen una base infecciosa, cómo se tratan?
Tratamientos tópicos médicos para tratar la psoriasis
Otras maneras de tratar la psoriasis es con tratamientos tópicos. Estos se clasifican en inmunomoduladores y en corticoides tópicos, son generalmente cremas o ungüentos que se aplican directamente sobre la piel para reducir la inflamación y las escamas.
Inmunomoduladores
Estos medicamentos inhiben la enzima calcineurina, involucrada en la activación de las células inflamatorias. Actúan calmando el sarpullido y reduciendo la acumulación de escamas y pueden ser útiles para áreas donde la piel es muy fina, como el contorno de ojos.
No obstante, son medicamentos que deben recetarse bajo la prescripción de un profesional, ya que pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel o linfoma.
Corticoides tópicos
Este tipo de tratamiento tópico ayuda a disminuir la respuesta inmunitaria además de aliviar el enrojecimiento, hinchazón y picor. Los corticoides se usan para tratar la psoriasis leve a moderada y se pueden combinar con otros tratamientos.
Se aplican sobre la zona afectada y como efectos secundarios puede producirse el adelgazamiento de la piel o resistencia al tratamiento. Por esta razón es importante que lo indique un profesional.
Otros tratamientos tópicos indicados para la psoriasis
Los análogos de la vitamina D3 son formas sintéticas de la vitamina D que actúan sobre los receptores de las células de la piel y ayudan a frenar su crecimiento excesivo. Algunos de los que se utilizan popularmente son el calcipotriol y el calcitriol. Se pueden utilizar solos o combinando con los corticoides tópicos para mejores resultados.
Otro excelente tratamiento de la psoriasis es el ácido salicílico, un queratolítico que ayuda a eliminar las escamas y a suavizar la piel. Es muy versátil por la cantidad de formatos y concentraciones en los que se encuentra disponible, desde champú, lociones y hasta geles.
Aunque es un producto muy bueno para lidiar con la psoriasis, no se debe abusar de su uso, ya que podría causar irritación o intoxicación salicílica. Esta tiene como consecuencia ciertos efectos como zumbido en los oídos, náuseas, dolor abdominal y respiración acelerada.
Fototerapia, una de las mejores terapias para la psoriasis
La terapia de luz es uno de los tratamientos más efectivos para la psoriasis en placas.
La luz ultravioleta de banda estrecha (UVB) es efectiva para el tratamiento de la psoriasis en placas y la guttata. La terapia de luz actúa reduciendo la velocidad de producción de células de la piel para disminuir la inflamación. Algunos de los láseres que se utilizan para la fototerapia contra la psoriasis son:
- Láser UVB de banda estrecha (NB-UVB): como ya mencionamos anteriormente, este láser es uno de los más comunes para la psoriasis por su efectividad. Este emite longitudes de onda entre 311 y 313 nanómetros y puede combinarse con cremas tópicas como los tratamientos anteriormente mencionados, los análogos de la vitamina D3 y también con corticoides.
- Láser UVB de banda ancha (BB-UVB): este emite longitudes de onda entre 270 y 390 nm y aunque también está indicado para tratar la psoriasis en placas o guttata, tiene efectos secundarios como quemaduras o envejecer la piel.
- Prosaleno más luz ultravioleta A (PUVA): este tipo de láser combina la luz UVA con el prosaleno, una sustancia que hace que la piel sea más sensible a la luz UVA , la cual penetra más profundamente en la piel, dado que tiene una longitud de onda un poco más larga que la UVB. Este tratamiento es bueno para varios tipos de psoriasis, incluyendo la guttata, por capas, la inversa y la eritrodérmica. El prosaleno se puede aplicar tópicamente como una crema, mezclar con el agua del baño o ingerir por vía oral.
- Láser excimer: esta fototerapia emite una luz UVB de alta intensidad en un haz focalizado. Puede aplicarse en en las áreas de la piel afectada de pacientes con psoriasis con leve a moderada, idealmente en el cuero cabelludo. Es más efectivo que los anteriores, por lo que podría requerir menos sesiones.
Tratamientos sistémicos, para casos más avanzados
Este tipo de tratamientos son ideales para los pacientes que sufren de psoriasis moderada a grave que no han respondido a los tratamientos tópicos ni a la fototerapia. Estos medicamentos se pueden tomar de forma oral y también pueden inyectarse.
Los tratamientos sistémicos se clasifican en estos diferentes tipos:
- Tradicionales: este tipo de tratamiento sistémico es de los más comunes y entre los ejemplos más comunes destacan el metrotexato, la ciclosporina y la acitretina. Sus efectos adversos pueden ser más o menos graves como el daño hepático o renal.
- Biológicos: estos medicamentos son derivados de células vivas cultivadas en el laboratorio que se administran por vía intravenosa o subcutánea. Estos bloquean las moléculas específicas del sistema inmunitario involucradas en la inflamación y crecimiento celular cutáneo. Tres ejemplos de estos medicamentos son el adalimumab, el etanercept y el ustekinumab. Entre sus efectos secundarios destacan las reacciones alérgicas, infecciones o problemas cardiovasculares.
- Tratamientos orales de nueva generación: estos actúan como inhibidores de enzimas y proteínas, así como moduladores inmunitarios para tratar la psoriasis de placas moderada a grave. Algunos de ellos son el apremilast y el dimetilfumarato. Entre sus efectos adversos podemos mencionar la diarrea, náuseas, cefalea y depresión.
La psoriasis, una enfermedad que requiere de un cambio de vida
Es importante destacar que, además de los tratamientos ya mencionados, los pacientes deben tener el compromiso y la paciencia para mantener la constancia en el tratamiento. Igualmente es necesario implementar un cambio en el estilo de vida, uno en el que se mantenga el estrés limitado, ya que este es un factor desencadenante de brotes.
Para manejarlo es recomendable hacer yoga y meditación. Cualquier actividad que te ayude a relajarte es positivo para lidiar con el cúmulo de estrés.
Es importante aprender a controlar las situaciones de estrés, ya que este es un factor desencadenante en los brotes de psoriasis.
Igualmente se recomienda limitar la exposición al sol para evitar quemaduras, además de cambiar la ropa ajustada por una más holgada y suave, ya que la piel es sumamente delicada.
Si bien es una enfermedad que no tiene cura, seguir un tratamiento permite entrar en remisión. De hecho, estos tratamientos son responsables de casos con remisiones gracias al control de los factores desencadenantes y el tratamiento adecuado.
Es recomendable ir al doctor para desarrollar un plan de tratamiento individualizado y monitorear los efectos secundarios de los medicamentos. Tomar en cuenta que la psoriasis se trata de una enfermedad impredecible, con periodos de exacerbación y ausencia de síntomas.
¿Cómo es el cuidado de la piel de los pacientes con psoriasis?
El cuidado adecuado de la piel es esencial para mantener bajo control los síntomas de la psoriasis y mejorar la vida de los que la padecen. Afortunadamente, existen muchos productos y estrategias disponibles para ayudar a reducir la inflamación y la irritación de la piel afectada.
Elige productos de cuidado de la piel suaves y sin fragancias que no irriten aún más la piel ya inflamada. Las cremas hidratantes son especialmente importantes, ya que la piel seca puede empeorar los síntomas de la psoriasis.
Se recomienda elegir cremas con ingredientes como la urea, el ácido láctico o el ácido salicílico, ya que estos ayudan a retener la humedad en la piel y a reducir la descamación. Otros componentes en los productos para pieles con psoriasis como el ketoconazol son ideales para reducir la inflamación y la descamación del cuero cabelludo.
El papel de la urea en el tratamiento de la psoriasis
La urea actúa como un humectante y emoliente natural, lo que significa que ayuda a retener la humedad en la piel, a suavizar y disolver las células secas, endurecidas y muertas. También ayuda a reducir la picazón y la inflamación al promover la regeneración celular para limpiar los poros obstruidos.
Los productos que contienen urea, como cremas y lociones, pueden ser útiles para hidratar la piel y reducir los síntomas de la psoriasis. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la urea puede irritar la piel si se usa en concentraciones demasiado altas.
Es importante seguir las instrucciones de uso y evitar el uso excesivo de productos que contengan urea. Acude con un dermatólogo para encontrar un régimen de cuidado de la piel que sea adecuado para cada persona, ya que las necesidades de cuidado de la piel pueden variar según la gravedad y el tipo de psoriasis que se padezca.
6 consejos para el manejo de la psoriasis
A modo de conclusión, repasemos algunas recomendaciones para manejar los síntomas de la psoriasis que te ayudarán a complementar las instrucciones de tu doctor:
- Usa cremas y lociones hidratantes especialmente diseñadas para pieles sensibles para mantener la piel hidratada. Recuerda incluir aquellas con ácido salicílico y urea.
- Siempre que sea posible evita los factores desencadenantes de brotes de psoriasis como situaciones estresantes, el alcohol, el tabaco e infecciones.
- Una dieta rica en frutas y verduras, baja en grasas saturadas y carbohidratos refinados, alta en ácidos grasos omega 3, ayuda a reducir la inflamación en el cuerpo y mejora los síntomas de la psoriasis.
- Ya lo mencionamos anteriormente: usa ropa cómoda, ya que las prendas apretadas o de tela áspera irritan la piel y empeoran los síntomas de la psoriasis.
- Tomar baños tibios puede tener un efecto muy calmante sobre la picazón, puesto que suaviza las escamas y reduce la inflamación.
- Controla el estrés, ya que este es un gran factor determinante en los brotes de psoriasis y profundiza los síntomas existentes.
El acompañamiento de un médico es fundamental para tratar la psoriasis
El paciente que inicia el tratamiento para la psoriasis debe comprometerse si desea ver resultados, ya que su éxito depende de la constancia.
El seguimiento médico y el cumplimiento del tratamiento son fundamentales en el manejo de la psoriasis. Esta enfermedad crónica requiere un manejo constante y adecuado para controlar los síntomas y prevenir complicaciones.
Es importante que los pacientes asistan a sus citas médicas regulares y sigan las recomendaciones de su doctor. Ya que durante en las consultas se evalúa el progreso del tratamiento y también se ajusta la medicación o la dosis.
Igualmente se puede discutir cualquier inquietud o pregunta que el paciente pueda tener. Además, el profesional puede monitorear cualquier efecto secundario que pueda surgir y brindar orientación sobre cómo manejarlos.
En cuanto al tratamiento, es esencial cumplirlo al pie de la letra. Por eso destacamos la palabra “compromiso”, puesto que muchos pacientes, al no ver resultados o mejoría de forma inmediata, abandonan el tratamiento y dejan aplicarse los medicamentos tópicos o de tomarse la medicación.
Abandonar el tratamiento puede ser perjudicial para el control de la enfermedad a largo plazo. Es importante que los pacientes sigan las instrucciones del doctor y tomen sus medicamentos o apliquen sus cremas según lo indicado, incluso si se sienten bien.
SI llegasen a notar pocos resultado o si les preocupan los efectos adversos del tratamiento, no deben dejar de hablar con sus médicos para recibir la orientación adecuada y el apoyo necesario.
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